Nuevas tecnologías, comunicación y atención
Esta
mañana pude leer un artículo interesante acerca de como afecta el uso de la
aplicaciones de mensajería instantánea a través de teléfonos móviles en la
comunicación interpersonal.
En
dicho artículo explican desde la Teoría de la Comunicación de Watzlawick,
Beavin y Jackson, la diferencia entre los dos sistemas de comunicación humanos:
el digital, relacionado con las palabras y el analógico relacionado con lo que
se conoce como el lenguaje no verbal.
La
comunicación analógica es para Watzlawick, Beavin y Jackson, toda comunicación
no verbal: postura, gestos, expresión facial, inflexión de la voz, secuencia,
ritmo y “la cadencia de las palabras mismas y cualquier otra manifestación no
verbal de que el organismo es capaz, así como los indicadores comunicacionales
que inevitablemente aparecen en cualquier contexto en que tiene lugar una
interacción” (p.63 Teoría de la Comunicación Humana).
Las
nuevas aplicaciones de mensajería instantánea permite una alta circulación de datos y más económica que los
antiguos mensajes o SMS. Para mi, esta
característica la aplicación nos beneficia, pues es rápida para organizar grupos o para comunicar una incidencia que puede surgir en un momento dado.
Sin
embargo cada día observo, en cualquier lugar público (una cafetería,
un autobús, una sala de espera... ) grupos de personas, parejas, o
personas solas "en línea" creyendo en la ilusión de evadir la soledad
a través de sus teléfonos. Se llegan a crear relaciones en las que únicamente
existe la comunicación a través de la aplicación de la mensajería instantánea e
incluso podemos dejar de prestar atención a lo que estamos haciendo o a la
persona que tenemos frente a nosotros en cuanto oímos un sonido que nos informa
de que alguien ha mandado un mensaje (mensaje que puede ser tan vital como un
chiste que alguien envía a un grupo porque le resultó gracioso).
Me gustaría señalar que para poder aprender y fijar los conocimientos se
debe estar en "silencio", es decir, sin el sonido de un móvil que nos aporte más
información en ocasiones de dudosa utilidad. Ser capaces de buscar y seleccionar
la información, comprenderla, asimilarla y ordenarla en las estructuras
cognoscitivas, así como hacer uso de ella, requiere del uso de toda nuestra
capacidad atencional que difícilmente estará al 100% si estamos cambiando el foco de la misma continuamente.
Es decir como decía Sir Arthur Conan Doyle (Doyle 1995) a través de su personaje Sherlock Holmes: "El razonador ideal es aquel que entre una miríada de informaciones saber considerar solo aquellas que son realmente útiles."
Es decir como decía Sir Arthur Conan Doyle (Doyle 1995) a través de su personaje Sherlock Holmes: "El razonador ideal es aquel que entre una miríada de informaciones saber considerar solo aquellas que son realmente útiles."
Filtrar la información importante de la que
no lo es, es vital para cada ser humano, ya que es el primer paso para poder elegir a qué o quién y cómo queremos dedicar nuestro tiempo.
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