Ampliando el foco de la atención

¿Cuál es el sentido de la vida? ¿Estoy viviendo de la manera qué deseo? ¿Soy feliz? ¿Tendría que haberme comportado de otra forma? ¿Por qué me ocurre a mi?

Grandes preguntas que pueden llevarnos a sentir fuertes emociones. A mi especialmente la primera pregunta, me genera una tormenta interior que si alguien tuviera que vivirla en el exterior saldría absolutamente empapado, incluso llevando el mejor chubasquero y el mejor paraguas que se haya podido fabricar :).

Todos en algún momento podemos dejarnos atrapar por los pensamientos negativos que vienen a visitarnos  a veces a raíz de una pregunta que surge espontáneamente en nuestra mente,  otras veces a raíz de un comentario de un amigo, otras debido a algo que hemos leído en un libro, etc. 

Es decir, aparece el pensamiento y en lugar de cuestionarlo, parece que lo invitemos a quedarse con nosotros durante una hora, un día o una larga temporada. Si lo plasmásemos en un ejemplo en el mundo de las  relaciones sería algo tan absurdo cómo si invitásemos a comer a casa a alguien que no nos gusta, nos hace daño, nos cae mal y además le pidiésemos que pasase la tarde con nosotros sentados en el sofá. 

Puede ser que nunca nos hayamos planteado si existe otra alternativa a la hora de relacionarnos con los pensamientos y  los aceptemos como "la verdad", una verdad que sin duda genera mucho sufrimiento en función del contenido del pensamiento. 

Imagíname a mi pensando horas y horas acerca de si lo que hago en la vida tiene sentido... ¿podéis visualizar la imagen de cómo acabo emocionalmente? Si me imagináis angustiada, nerviosa y con más pensamientos negativos aún, ¡habéis acertado!

La noticia es que hay otra manera de afrontar este tipo de pensamientos y una herramienta muy poderosa para ello es la ATENCIÓN.  El cerebro es plástico, y cambia en función de lo que experimentamos que a su veces cambien gracias a aquello en lo que centramos nuestra atención.  

Se trata de comenzar a darnos cuenta de que además de esos pensamientos negativos también están presentes otros aspectos positivos de nosotros  en este mismo momento. Imagínate que  acabas de encender una luz en una habitación en la que estabas en penumbra y de pronto somos capaces de ver, percibir y sentir muchas más cosas que todo el tiempo incluso el que no eras capaz de verlas, estaban ahí.

No quiero decir que los pensamiento negativos no vayan a aparecer, de hecho: van a aparecer, pero en lugar de enredarme en un laberinto que no tiene final, dejamos que ese pensamiento esté ahí, sin aceptarlo cómo una "verdad", puede que lo sea o puede que  no., aceptamos que está ahí y centramos nuestra atención en otras partes de nuestro yo que también estén presentes en este momento.

Quiero compartir con vosotros una práctica: la Rueda de la conciencia de D. Siegel en la que visualmente  nos recuerda que somos algo más que un pensamiento, una emoción o una percepción. 

En el centro de la rueda, está reflejada la conciencia, el darme cuenta, y en el aro de la rueda, se reflejan todas aquellas partes de nuestro estado del yo en un momento determinado (sensaciones proporcionadas por los cinco sentidos, el interior del cuerpo, los pensamientos, etc.) Siegel nos propone que si somos capaces de darnos cuenta y dirigir nuestra atención al centro o el eje de la rueda nos daremos cuenta de que existen más partes de nosotros mismos a las que dirigir la atención en este preciso momento, y este cambio de atención posterior a la toma de conciencia es el que puede ayudarnos a cambiar la experiencia interna que estamos teniendo justo ahora mismo.

La explicación es más complicada que la experiencia, (casi siempre lo es), así que en lugar de quedarte en la lectura, la próxima vez que aparezca un pensamiento negativo que te hace perder el tiempo, DATE CUENTA de su presencia, ACÉPTALO COMO UNA POSIBILIDAD, (puede que sí o puede que no, pero deja de luchar con él o de buscarle una explicación), y AMPLIA EL FOCO DE TU ATENCIÓN a otros aspectos de ti mismo. 

¡Practícalo y me cuentas tu experiencia! 

Carmen Bes