Cuidando la comunicación en pareja


¿Alguna vez habéis tenido la sensación de que intentáis explicarle algo a vuestra pareja y tenéis la sensación de que habláis lenguajes diferentes? En terapia a veces nos reímos (sí, uno puede reírse en terapia) imaginando la suerte o el problema que supondría si inventasen un traductor que hiciese que aquello que pensamos se tradujese al otro de la manera en la que lo pudiese entender, vamos en su lenguaje o en su manera de entender el mundo.

Las relaciones se están poniendo difíciles, ya lo eran, pero ahora nuestras queridas aplicaciones virtuales (Facebook, whatsapp, instagram, etc.) consiguen que los mensajes se queden sin tono de voz, sin miradas, sin gestos, sin cuerpo.  Las interpretaciones erróneas de lo que tú has querido decirme o cómo me lo has dicho, campan a sus anchas, cual pelusas en un hogar en invierno. (o por lo menos en el mio).

Un punto clave en terapia de pareja es trabajar la comunicación, entender que no usamos el mismo lenguaje, ni lo que yo hago significa siempre lo que tú crees. Cada palabra, cada gesto es un intento de acercarnos al otro aunque no siempre tenga ese efecto.

¡Qué importante es tener claro que en la relación con una persona a la que queremos, es absurdo ganar y conseguir que el otro pierda, pues si uno pierde, perdemos los dos!

 Ilustración @maria_uve

Cuándo comunicamos debemos recordar que no cuenta únicamente el significado de lo que decimos, cuenta el CÓMO lo decimos, porque el cómo puede amplificar, reducir o transformar el efecto inicial de nuestra comunicación. "Las palabras son cómo balas" Ludwin Wittgenstein. 


Errores en la comunicación que hacen fracasar tus relaciones de pareja:
Basados en el libro de Giorgio Nardone. Corrígeme si me equivoco. Herder.

 1. Corregir al otro. ¡Qué díficil es llevar con una sonrisa que constantemente nos digan cómo tenemos que hacer las cosas!, el que es capaz de ello, merece para mi, toda pero toda mi admiración porque es dónde yo suelo tener mucha dificultad.  El mensaje que  enviamos a la otra persona  al corregirle es “tú estás equivocado, yo soy quien sabe cómo hacerlo”. Y puede ser que tengamos razón pero la manera en la que lo transmitimos hace que la otra persona acabe defendiendo lo indefendible y la relación salga dañada.

2. Recriminar. Cada vez que acusamos de culpable de algo a la otra persona, el resultado no va a ser la aceptación de nuestras razones, sino todo lo contrario, incluso aunque verdaderamente no haya... recogido, llamado, etc. se producirá en esa persona una automática disminución de la culpa.

3. Echar en cara. Cuándo nos colocamos en la posición de víctima y utilizamos nuestro dolor para intentar que la otra persona cambie, con toda probabilidad conseguiremos que el otro se enfade más e incluso sea más opresivo.
 
4. Sermonear. Cuando alguien me dice "No soporto esas conversaciones que duran horas",  no suele tratarse de una conversación porque solo uno es el que habla. Eso es un sermón, cómo el que te daban tus padres de pequeño y no soportabas, ese. ¿Cómo te sentías cuándo eso ocurría? ¿Te ayudaba a cambiar o seguías igual?. Cómo dicen algunos adolescentes, yo sólo espero que se termine para seguir con lo mío.

5. ¡Te lo dije!. Si quieres que tu pareja se sienta juzgada, descalificada y no entendida por ti, sólo prueba a decir ¡te lo dije! ante un error o una dificultad del otro. Si la persona ya se sentía mal por lo sucedido, tu acabas de ayudarle a empeorar. 
6. Lo hago solo por ti. Cuál sacrificio a los dioses, hago o dejo de hacer algo, que la mayoría de las veces nunca me pediste que hiciera, y ahora quiero que me lo agradezcas. Creo que no es necesario decirlo pero por si acaso: Cada uno es responsable de su conducta, así que si haces algo por el otro, hazlo porque tu deseas hacerlo, de corazón, si vas a decírselo después: no lo hagas. 

7. "Deja que ya lo hago yo". "¡No te preocupes que ya lo hago yo!". Parece una acción generosa pero una ayuda no solicitada puede perjudicar porque el mensaje subliminal es  “Déjame hacerlo a mí, porque tú no eres capaz”. Cosa muy diferente es que yo te pida que me ayudes y tú decidas hacerlo.

8. Reprobar. Imagínate que tu pareja te quiere hacer una sorpresa y te lleva a cenar por ahí, el restaurante es nuevo, no lo conocéis ninguno de los dos, la intención del que regala es que la otra persona se sienta feliz porque sabe que le gusta probar sitios nuevos, al regalador  no mucho, pero lo hace. Todo va bien. Y llega la pregunta: "¿Qué te parece el sitio/comida/lo que sea? Es muy chulo, me gusta mucho, muchas gracias por la sorpresa, aunque yo habría reservado en el chupirestarurantedesupermoda, que también es nuevo, no sé, creo que me hubiera gustado más."  ¿Cómo te quedas? No es una recriminación, no es un reproche, hay agradecimiento pero es... demoledor.


Resulta sencillo entrar en alguno de estos errores, normal, somos personas, estamos cansados, trabajamos un montón, los hijos, la familia, la casa, etc. En mi trabajo ayudo a muchas personas a mantener y fortalecer su relación. Todas las parejas atravesamos momentos de crisis que si se gestionan satisfactoriamente pueden mejorar la calidad de la relación. Y para esto, podemos necesitar ayuda, es de valientes e incluso de inteligentes pedirla.

Así que si estas vacaciones, si puedes y quieres, proponte un pequeño objetivo: Ayúdate a mejorar tu relación, desconecta del mundo online para conectar con el real.  Acércate a aquel que tienes a tu lado, trata de conectar con él o con ella y observa qué hay más allá de tus interpretaciones, trata de entender qué le lleva a actuar así y recuerda que él o ella tienen necesidades cómo tú pero no en la misma forma o intensidad.



Y si estás pensando, ¿por qué tengo que empezar yo? ¿Por qué siempre yo? Recuerda: esto no es una guerra, si uno pierde, perdéis los dos o lo que es lo mismo, la relación.

 Carmen
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