¿Eres indeciso? Claves para la toma de decisiones
¿Eres una persona
indecisa?¿Vives en un mar de dudas naufragando constantemente en análisis
mentales infinitos para llegar a la decisión correcta?? ¿Te bloqueas cada vez
que la vida te plantea la posibilidad de escoger?
Si la respuesta a
estas preguntas es un sí, supongo que ya has averiguado que lo que te
bloquea es el miedo a equivocarte y escoger la opción "incorrecta".
Lo pongo entrecomillado porque... habría que ver si realmente existen las
opciones correctas o incorrectas, pero la mente suele pensar que sí las hay, y
es por eso por lo que solemos bloquearnos, porque consideramos que existe la
opción correcta, como si la vida fuese un problema de matemáticas y tuviésemos
que leer muy bien el enunciado mil veces para no equivocarnos. (Yo en este
caso, no tengo mucho que hacer, soy de esas personas pueden resolver un
problema muy complicado y en el resultado final poner: 1+1=3. :)
Decidir
procede del latín, significa cortar o resolver. Quizás esa definición de
cortar es la que más sensación de miedo nos puede generar, la palabra cortar
tiene un impacto diferente a resolver. Cuando cortas algo identificamos esa
acción con "algo que no tiene vuelta atrás" y creo que en
cierta manera esta creencia tiene mucho que ver en el bloqueo a la hora de
tomar decisiones.Cosa que no es del todo real, ya que casi siempre tenemos margen de maniobra ante las decisiones que tomamos.
Sí, no, sí , no.
El miedo a la
responsabilidad que implicar decidir es algo absolutamente humano que todos
compartimos pero algunas personas sufren más que otras a la hora de tomar una
decisión.
Elegir lleva implícito
renunciar. Si lo piensas, elegimos constantemente, elegimos a lo largo
del día muchísimas cosas: qué comemos, qué ropa nos ponemos, con quién nos
relacionamos, etc. En definitiva elegimos
qué hacemos con nuestro tiempo en cada momento. Estamos condenados a tomar
decisiones, siempre somos nosotros los que decidimos qué hacemos o que no
hacemos, incluso elegir no tomar una decisión, ya es elegir, vamos que no
podemos escapar de la responsabilidad de nuestras acciones a pesar de que nos
encante creer que nuestra vida no es el resultado de ellas.
¡Atención! No quiero
decir que si tienes un problema que no depende de ti, lo hayas elegido tú, por
ejemplo si tienes una enfermedad grave o si te acaban de despedir del trabajo,
no tiene que ser algo que hayas elegido ni generado tú, no creo para nada que
así sea. Sin embargo sí que creo que puedes decidir qué acciones realizas
respecto a lo que te haya ocurrido.
Cada acción de
nuestro presente va construyendo a la persona que seremos en el futuro y de
ahí, nuestro miedo a elegir una cosa u otra. Las parálisis generada por la
indecisión, nos lleva a una falta de experiencias vitales y por eso es tan
importante entender cómo es inevitable asumir que la toma de decisiones tiene
su resolución en el futuro y no en el presente, así que aunque nos empeñemos en
pensar y en pensar acerca de qué opción tomar, no lo descubriremos hasta que no
avancemos en nuestra decisión.
¿Qué soluciones intentadas que suelen empeorar y mantener la parálisis
decisional?
1. El exceso de información.
Buscar y buscar
información incansablemente acerca de qué alternativa es la mejor. Es decir
analizar y realizar, realizar esas famosas listas de razones que a lo único que
nos llevan es a racionalizar la decisión y a bloquearnos más. Los humanos somos
emoción además de razón y este exceso de análisis o de búsqueda de razones
lleva a las personas a alejarse de aquello que les conecta con sus sensaciones
y emociones.
No puedo resistir la
tentación, perdonadme, para aquellos que hayan visto alguna vez The Big Bang
Theory.. ¿Recordáis al pobre Sheldon ante su dilema: PSP4 o Xbox one?. Un gran
ejemplo de cómo el exceso de información puede llevar a la parálisis y el
bloquea a un ser humano excesivamente inteligente y pensante.
Para quién no haya visto la serie, en uno de los capítulos, uno de los
protagonistas tiene un gran dilema a la hora de elegir qué consola comprar
(PSP4 o Xbox One), pese a conocer todas y cada una de las características de
ambas, pasa horas y horas en una tienda sin poder decidirse, pues su angustia
es tan grande que cuando se decide por una le entra la duda y cree que es mejor
la anterior.
2. Comentar con muchos “expertos”.
Preguntar a otras
personas sobre la decisión, sobre qué harían ellos o cómo lo han hecho en sus vidas
es una estrategia positiva si tenemos la capacidad de elegir bien al “experto”
en cada materia, pero crear un consejo sin fin de sabios con los que comentar
el tema, puede llevarte a un lío mayor, pues cada uno opinará lo que opine.. y
cómo dice la canción: lo que opinen los
demás está demás.
Hablar y hablar con
otros de lo que han hecho o creen que deberías hacer no va a lograr que escapes
de ese momento de miedo, incertidumbre y responsabilidad que está asociado
inevitablemente a la toma de decisiones. El último paso de una decisión está
asociado a la emoción, es cómo un salto en paracaídas, por mucho que analices,
te expliquen cómo se hace, en el último momento, el salto, lo haces sintiendo,
no pensando.
3. Delegar la decisión en terceras personas
Tu vida es tuya y de
nadie más. Obvio, lo sé, pero es demasiado habitual observar en consulta cómo
muchas personas, han tomado decisiones en su vida basándose en lo que otras
personas esperaban de ellas sin atreverse a conectar con aquello que ellas
verdaderamente querían y esta manera de funcionar les genera a largo plazo
falta de confianza en ellos mismos, sensación de vacío, tristeza, etc.
Nadie debe decidir
por ti, nadie sabe cual es tu camino excepto tú mismo y lo descubrirás
recorriéndolo. Ya decía Antonio Machado, “Caminante,
no hay camino, se hace camino al andar.”
¿Cómo podemos entonces salir de esta parálisis?
En primer lugar, es
vital parar todas las acciones que tienen que ver con la hiperracionalización,
es decir, dejar de realizar todas esas listas de pros y contras para decidir,
dejar de hablar acerca del problema, dejar de buscar información, etc.
En segundo lugar,
hay que conectar con las sensaciones, con aquello que siento ante las
diferentes alternativas. Potenciando un elemento clave para la vida del ser
humano, la imaginación, la capacidad de imaginar cómo me sentiré en esa
circunstancia, la capacidad de conectar con aquello que sentiré, con aquellos
recursos qué necesitaré.
La imaginación es
una herramienta poderosa que conecta directamente con las sensaciones y la
emoción, así que el lugar de pensar acerca de tu vida, ante dos alternativas, trata
de imaginar, visualizar cómo sería y desde ahí, comienza a actuar, a veces será
sencillo y otras tendrás que desarrollar estrategias para hacer frente a los
obstáculos que podrás encontrarte por el camino.
No lo olvides, “La vida es para sentirla no para
pensarla.”
Un campo de mi pueblo, Quinto, (Zaragoza).
Un abrazo
Carmen
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