Mostrar el afecto

Hace ya tiempo escribí un post en el que hablaba del cuidado, de la importancia de mostrar aquello que sentimos por el otro, la importancia del respeto en todas y cada una de nuestras relaciones.

Hoy sigo manteniendo esa opinión, es importante sentir pero también lo es demostrarlo.

En una relación entre dos personas sea de amistad, familiar o de pareja, es importante el cuidado mutuo.  Es vital poder encontrar espacios en los que compartir y demostrar ese amor que nace en nuestro interior. 

Necesitamos el contacto y necesitamos compartir con los otros. 

Una relación pasa por momentos de desencuentro y es en esos momentos cuándo las muestras de respeto y cuidado mutuo ayudan a establecer un nuevo diálogo y a volver a construir aquello a veces parece que se rompió.

Hoy, de nuevo, quiero compartir con vosotros el cuento del relojero que aparece publicado en el el libro "Cuenta conmigo" de J. Bucay, dice así:

"Cuentan que el viejo relojero volvió al pueblo después de dos años de ausencia. El mostrador de su relojería recibió en una sola tarde todos los relojes del pueblo, que a su tiempo se habían detenido y que habían quedado esperándolos en algún cajón de casa de sus dueños.

El relojero revisó cada uno, pieza por pieza, engranaje por engranaje.

Pero solo uno de los relojes tenía arreglo, el del maestro, todos los demás eran ya máquinas inservibles.

El reloj de maestro era un legado de su padre y por eso posiblemente el día que se detuvo marcó para ese hombre un momento muy triste. Sin embargo, en lugar de dejar el reloj olvidado en su mesita de noche, el maestro cada noche tomaba su viejo reloj, lo calentaba entre sus manos, lo lustraba, le daba apenas una media vuelta a la tuerca y lo agitaba deseando que volviese a andar. El reloj parecía complacer a su dueño, que durante algunos minutos se quedaba escuchando el conocido tic tac de la máquina. Pero enseguida volvía a detenerse.

Fue este pequeño ritual, este ocuparse de su reloj, este cuidado amoroso, lo que evitó que su reloj se estropease para siempre.

Fue mantener viva la ilusión lo que salvo a su reloj de morir oxidado."

Un abrazo

Carmen